Quiero tanto de ti que no sé ni cómo empezar. Quiero sentarme a tu lado e inhalar tu aroma; sentirme tan cerca de ti como jamás pensé que me sentiría. Quiero ser tus labios, tu piel, quiero ser el café que bebes todas las mañanas y tus emes al revés cuando escribes, tu sonrisa contra las mejillas; quiero ser tu princesa, tu guerrera, quiero ser el motivo por el que despiertas cada mañana y el sueño con el que convives todas las noches. Quiero ser tu causa perdida. Quiero que discutamos, nos gritemos, que me beses para que deje de estarme con tonterías de las mías, para hacerme entender que no tiene sentido pelearme contigo, porque siempre acabaré volviendo a tus brazos. Quiero ser la alegría que te tiñe las pupilas y la tristeza que lloras cuando no te queda nada; ser el hombro en el que te rompes y la aguja que te cose los pedazos juntos de nuevo. Quiero estar contigo, a cada segundo del reloj y cada instante del tiempo; en tus brazos y en tus labios, en tus pensamientos cuando esté lejos de ti. Que me veas en cada estrella cuando miras el firmamento, que me recuerdes cuando el viento me lleve lejos de ti.Quiero tenerte a mi lado, dejarnos de tonterías y besar tus labios hasta que los pulmones me estallen contra el pecho y el corazón me deje de latir.
¿Pero sabes lo que me gustaría todavía más, más todavía que levantarme cada amanecer y que sea tu rostro lo primero que vea al otro lado de la cama?
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